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Destellos

El Universo tiene 12 millardos de años.

26 de mayo de 1999.- Un equipo internacional formado por 27 astrofísicos ha conseguido estimar la edad del Universo con un error de sólo el 10%, situando la Gran Explosión hace 12.000 millones de años en lugar de los 15.000 hasta ahora aceptados. Este grupo de científicos realizaron observaciones de cientos de estrellas con el Telescopio Espacial Hubble para calbular el valor de la constante de Hubble, un parámetro clave en las fórmulas de los cosmólogos que ha resistido 70 años a su determinación.

El problema del cálculo de la edad de Universo surje a partir del descubrimiento realizado por Edwin P. Hubble a mediados de los años 30.

Con el telescopio del Monte Palomar, Hubble se dio cuenta de que todas las galaxias, cuanto más lejanas, más rápido se distanciaban de nosotros. En realidad, a escalas muy grandes, todas las galaxias se alejaban unas de otras porque el Espacio crece como en un globo. Las observaciones de Edwin Hubble respaldaron el modelo expansionista del Universo que había sido construido en base a la Teoría General de la Relativad de Einstein. A partir de ese entonces, los astrónomos han intentado determinar la velocidad de expansión del Universo y así calcular su edad. "La verdad está ahí afuera y la encontraremos", afirmó Robert Kirshner de la Universidad de Harvard.

Aunque es sencillo conocer a qué velocidad se alejan las galaxias, es complicado determinar la distancia a la que se encuentran, porque varían en forma, tamaño y brillo, al igual que las estrellas. Las galaxias cercanas a la nuestra están afectadas por la gravedad y, por ejemplo, la Gran Galaxia de Andrómeda colisionará con la Vía Lactea en los próximos millones de años. Por tanto, se hace necesario observar galaxias, mejor cuanto más distantes y para este cometido se diseño el Telescopia Espacial.

En la actualidad existen dos métodos. Uno de ellos utiliza las supernovas, estrellas que explotan y se convierten en esferas de neutrones o en agujeros negros. El otro método, utilizado por el equipo del Telescopio Espacial, va en busca de unas estrellas llamadas ceféidas. Henrietta Lewitt, a comienzos también de este siglo, mostro que las ceféidas son como faros estelares, que indican su magnitud intrínseca según el número de "flashes" que emiten. El Telescopia Espacial ha observado cerca de 800 estrellas ceféidas en 18 galaxias diferentes y con estos resultados se ha determinado que el valor que define la expansión del Universo, la constante de Hubble, se halla en torno a 70 kilómetros/segundo/megapársec. Hasta el lanzamiento del Hubble, los valores de esta constante variaban entre 50 y 100.

"Antes del Hubble, los astrónomos no sabían si el Universo tenía 10.000 millones o 20.000 millones de años", afirmó Wendy Freedman, líder del grupo y perteneciente al Instituto Carnegie de Washington. "El rango de escalas de Universo tenía un rango tan grande que no permitía a los astrónomos responder con certeza a ninguna de las cuestiones más básicas del origen y eventual evolución del Universo. Después de todos estos años, finalmente hemos entrado en la era de la cosmología de precisión.".

Pero ¿significa esto que se cierra el debate sobre uno de los grandes enigmas de la Ciencia? En absoluto (e incluso el presente) del Universo aún lo desconocemos, porque aún falta encajar grandes piezas del puzzle. El valor de 12.000 millones de años para el nacimiento del Universo podría parecer justo a los astrofísicos que estudian la evolución de las estrellas, ya que algunos cúmulos estelares muestran la misma e incluso mayor edad ¿y cómo se iban a formar estrellas antes de que ni siquiera existiera el Universo? Por otra parte, usando el método de las supernovas que permite determinar las distancias a galaxias mucho más lejanas, otros de los equipos del Telescopia Espacial ha puesto en evidencia que el Universo no frena su velocidad de expansión, sino que quizás, la esté acelerando gracias a una fuerza conocida como energía de vacio. Habrá que esperar a la próxima generación de telescopios terrestres y espaciales, como el Grantecan o al nuevo Telescopia Espacial para aclarar definitivamente si el Universl se colapsará sobre sí mismo en una Gran Implosión (o no).

eta Car se hace más luminosa.

5 de junio de 1999.- eta Carinae es una estrella que hace pocos siglos era una de las estrellas más brillantes del cielo y se encuentra a 4000 años luz del Sistema Solar. Fue observada por vez primera por Edmund Halley en 1677 y llego a ser casi tan luminosa como Sirie (la más brillante del cielo) en 1843. Desde entonces disminuyó su brillo. En este siglo, con la construcción de gandes telescopios, los astrónomos explicaron esta disminución. La estrella se había ocultado tras una densa nuve de material proveniente de su atmósfera exterior. El Telescopio Espacial Hubble ha venido realizando un estudio de esta interesante estrella. eta Car se encuentra en las etapas finales de su vida y en algún momento explotará en forma de supernova o hipernova, ya que posee nada menos que 100 masas solares. Se encuentra a tan solo 7500 años luz de la Tierra, situándonos en una posición excepcional para cuando se produzca la explosión: eta Carinae rivalizaría durantes unos días con el brillo del Sol. Pero estar situados en primera línea de visión tiene sus riesgos, por que existen estudios que culpan a supernovas cercanas de algunas de las extinciones masivas, debido a las intensas radiaciones que se emiten durante la explosión.

A mediados de Abril, la Unión Astrónomica Internacional alertaba del gran incremento de brillo entre dos observaciones del Telescopia Espacial Hubble, una el diciembre de 1997 y otra en febrero de 1999. Los expertos en la evolución de las estrellas están tratando de explicar los mecanismos de este súbito incremento, puesto que no lo esperaban. "Ocasionalmente algo ocurre en astronomía que es tan asombroso, que pone a los astrónomos nerviosos", afirmó Kris Davidson, de la Universidad de Minnesota.

Las imágenes obtenidas por el Hubble muestran un incremento de brillo similar en la nebulosa compuesta del material eyectado en la explosión ocurrida hace 150 años. Por lo anto, la estrella en estos momentos posee el mayor brillo de los últimos 130 años, además de presentar la mayor variación en los últimos 50, Bish Ishibashi, de la Universidad de Minnesota (EEUU), afirma que "algo inusual está pasando en la estrella una vez más".

Los expertos creían que al disiparse la nuve, eta Carinae volvería a brillar de nuevo con intensidad, aumentando primero su intensidad en la luz infrarroja como preludio del incremento en luz visible y en el resto de longitudes de onda más energéticas, como el ultravioleta. Pero la teoría se ha quedado en papel mojado. La estrella ha incrementado su brillo en todas las longitudes de onca del espectro electromagnético en los últimos meses.

Frasell Farrell, un aficionado de Australia experto en estrellas variables, comenta que "la última vez que eta Carinae era tan brillante, el lugar donde vivo era un territorio inexplorado habitado por los aborígines Nfarrindijeri". De hecho, la estrella es visible a simple vista en lugares del Hemisferio Sur con un buen cielo oscuro y los astrónomos aficionados se han volcado a observar sta estrella. Las estrellas masivas como eta Carinae siguen el principio de "vive rápido, muere joven y harás un bonito cadaver". Consumen su combustible a ritmos muy acelerados y en cuestión de unos pocos millones de años explotan en forma de supernovas y convierten su nucleo en estrellas de neutrones, o incluso en agujeros negros. El Sol, por ejemplo, tiene una esperanza de vida de 10.000 millones de años, con una edad estimada de 5.000 millones.

Cada año se descubren supernovas en otras galaxias, pero en la Vía Láctea hace muchos cientos de años que no se observa ninguna. La supernova emite tanta luz como 100.000 millones de estrellas a la vez. La más reciente y cercana fue la SN 1987a, que explotó en una galaxia satélite de la Vía Láctea.

Cuando eta Carinae se convierta en supernova, de aquí a unos 10.000 años según Kris Davison, probablemente haya que usar gafas de sol para observarla.

Las supernovas tempranas no son iguales.

15 de julio de 1999. En la revista New Scientist del próximo 17 de julio se ofrece un artículo en el que, según la fase preliminar de una investigación, existen evidencias de que las supernovas tempranas no funcionan de igual forma que las actuales. Este estudio trata de comprobar la hipótesis sostenida por dos grupos independientes de científicos según la cual el Universo se estaría acelerando, en lugar de frenarse. El Supernova Cosmology Project (SCP) y el High-Z Supernova Search Team (HZSST) han ido en busca de lejanas supernovas, explosiones de estrellas, en los rincones más distantes del Universo, para conocer el ritmo de expansión del Cosmos aplicando la teoría de la Gran Explosión. En concreto, buscan supernovas de tipo Ia. Estas explosiones de magnitud inimaginables están producidas en sistemas de dos estrellas, en las que una estrella de la masa del Sol pero del tamaño de la Tierra roba materia a su compañera de mayor masa y diámetro. Cuando el peso de la pequeña enana blanca llega a las 1’4 masas solares (masa de Chandrasekar), la pobre no puede con su propio peso y explota liberando cantidades de energía muy grandes (esto es lo que llamamos supernova). Puesto que este mecanismo, siempre constante, podemos conocer con precisión la distancia a la que se encuentran estas supernovas. Es lo mismo que calcular la distancia de una bombilla lejana conociendo de antemano cuántos watios tiene. Cuando los equipos del SCP y el HZSST, dispusieron de suficientes observaciones, estadísticamente relevantes, observaron que las supernovas de tipo Ia situadas a distancias de varios miles de millones de años luz eran menos brillantes de lo esperado. Descartando gran parte de errores, aventuraron la teoría de que estas supernovas estaban situadas mucho más lejos de lo que se pensaba y que por tanto el ritmo de expansión del Universo se estaría acelerando. El carburante de esta aceleración sería desconocido, aunque algunos teóricos apuntaban a la llamada fuerza del vacío. Dos equipos, uno dirigido por Brian Schmidt (Australia) y otro por Saul Perlmutter (EE.UU.), han intentado comprobar si la premisa de la que partieron el SCP y el HZSTT es verdadera, es decir, si efectivamente las supernovas lejanas poseen un comportamiento idéntico a las observadas en la vecindad intergaláctica. Sus primeras conclusiones han arrojado una sombra de duda. Las supernovas de tipo Ia cercanas llegan a su máximo brillo en cuestión de 20 días y luego se apagan con el paso de varios meses. Adam Riess (del equipo de Schmidt) comparó el ritmo de aumento de brillo de 10 supernovas cercanas con 30 lejanas observadas por el equipo de Perlmutter. Parece que las supernovas lejanas son más ágiles y llegan dos días antes de su máximo brillo. ¿Tiene esto algo que ver con la posibilidad de que además de ser más rápidas sean también más débiles? Los responsables de este estudio son precavidos y no descartan ninguna opción, incluso de que sus primeros cálculos sean erróneos.

Posible Nova Circinus 1999.

24 de agosto de 1999.- William Liller parece haberse anotado un nuevo descubrimiento. Según informó a la VSNET, capturó una nueva estrella en la constelación de Circinus, por lo que esta nova, que se situaba en la magnitud 7’7, es sólo apta para observadores situados en el Hemisferio Sur.

William Liller descubrió esta posible nova gracias a una toma fotográfica obtenida el 23’0125 ago 1999. La estrella candidata está en la constelación de Circinus en las coordenadas:


AR: 14 h. 23’6 m.
Dec: -69º 09 ‘

Desveladas las primeras imágenes del Chandra.

5 de septiembre de 1999.- El telescopio de rayos X Chandra, lanzado hace unas semanas, ya ha mostrado sus primeras imágenes que han sido calificadas por los científicos de la misión como extraordinarias. Las dos imágenes mostradas corresponden a un cuásar y a los restos de una supernova. El telescopia espacial Chandra de rayos X es el observatorio en órbita más caro de la historia. El pasado 26 de agosto de 1999, la NASA publcicó las primeras imágenes, que muestran detalles sin precedentes para fotografías de objetos de objetos en rayos X. Hasta ahora, los telescopios de este tipo sólo habían podido mostrar imágenes difusas, pero el Chandra ha resuelto detalles con una calidad sin precedentes.

Las imágenes publicadas han sido las de Casiopea A y el cuásar PKS 0637-752, un remoto objeto situado en la constelación de Mensa. En Casiopea A los científicos han podido ver una burbuja de gas caliente rodeado de filamentos brillantes. Cerca del centro de la burbuja se ha observado una estrella de neutrones, reliquia de la estrella original que explotó en supernova. Esto es algo que se sospechaba pero que hasta ahora no había podido ser confirmado. Los científicos esperaban observar una fuente puntual en PKS 0637-752, pero sorprendentemente Chandra ha observado un objeto rodeado de una nube difusa, quizás emisión de su galaxia, con un chorro de gas que se expande hasta 200.000 años luz de distancia del cuásar. Este chorro también había sido observado anteriormente mediante mapas en radio de cuásar, pero es la primera vez que se registra en rayos X.

Aunque los científicos responsables de la misión se han mostrado eufóricos con estas imágenes, lo mejor -comentán- está por llegar cuando se active la Cámara de Gran Resolución del telescopio espoacial de rayos X.

Un púlsar vago pone en evidencia las actuales teorías.

5 de septiembre de 1999.- Un estudiante de astrofísica australiano, usando datos de la Organización de Investigación Científica e Industrial de la Commonwealth (CSIRO), ha encontrado un objeto celeste que se supone que no debería existir, al menos según las teorías actuales sobre los cuerpos conocidos como púlsares. Este descubrimiento ha sido publicado recientemente en la revista Nature.


Víctor R. Ruíz

Infoastro