2008-01-09_15-38-11

Superordenadores para la ciencia española

ANA CRESPO

El supercomputador Mare Nostrum del Barcelona Supercomputing Center/Centro Nacional de Supercomputación ha permitido a los los científicos desde sus centros de investigación realizar complejas simulaciones. Se estudian cuestiones tan variadas como el funcionamiento del corazón de un paciente a la formación del universo, la forma tridimensional que pueden adquirir las proteínas o el pronóstico de la contaminación atmosférica en Europa.

En sólo 3 años, 400 proyectos se han beneficiado de este gran ordenador, que cuando se estrenó, en mayo de 2005, era la cuarta máquina más rápida del planeta. La vertiginosa evolución de la tecnología hace que ahora sea la novena, a pesar de que en noviembre de 2006 se duplicó su potencia con 10.240 nuevos chips hasta los 94,21 teraflops (94,21 billones de cálculos por segundo). Los chips antiguos (4.812) se reciclaron y se repartieron en cinco nuevos superordenadores de menor potencia que se instalaron en el CeSViMa (Centro de Supercomputación y Visualización de Madrid), el Instituto de Astrofísica de Canarias y las Universidades de Cantabria, Málaga y Zaragoza, que, sumados al Mare Nostrum constituyen la Red Española de Supercomputación (RES).

A pesar de la gran potencia de esta máquina, Mare Nostrum aún tendrá una nueva ampliación, antes de 2011, cuando llegará otro superordenador, el Mare Incognito, que tendrá 100.000 procesadores de nueva generación y una velocidad de cálculo de 10 petaflops (100 veces más potente que el actual equipo).

Un equipo de 40 investigadores del BSC ya está trabajando en el desarrollo del nuevo ordenador para que las aplicaciones científicas puedan funcionar con ese elevado número de chips. También deberán reducir el consumo energético del nuevo: Mare Nostrum engulle 10 megavatios a la hora, lo que cuesta 1,2 millones de euros al año.

La información es de un reportaje de Joan Carles Ambrojo leído en El País

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