2007-12-07_14-27-09

TOMÀS DELCLÓS

Vint Cerf, uno de los padres de Internet, augura que los canales tradicionales serán reemplazados por nuevos servicios interactivos desde Internet. Según Cerf, la televisión se acerca a un momento crítico similar al que atravesó la industria musical con la aparición del reproductor de MP3.

La emergencia de una tecnología alienta las profecías sobre la extinción de sus vecinas. Pasó con la aparición de la propia televisión, de la que se auguró que haría desaparecer el cine y la radio. No sucedió, pero sí es cierto que el acceso a contenidos a través de Internet está introduciendo cambios de alcance imprevisible.

El aumento de canales, la oferta de emisoras temáticas, las taquillas de las plataformas de satélite, Internet y cable y la iminente TDT ya favorecen la fragmentación de la audiencia. Las grabadoras, por su parte, permiten al telespectador ver un programa con independencia del horario de parrilla. Son fenómenos que ya existen y que Internet consagra, pero el cambio de hábitos, particularmente entre la gente joven, va más allá en la Red.

El 82% de los jóvenes españoles de entre 16 y 24 años acceden más frecuentemente a Internet que ven la televisión. Estos jóvenes entran en Internet entre cinco y siete días a la semana, mientras que sólo el 77% ven la televisión regularmente (cae un 5% desde 2006).

El 48% de estos jóvenes admiten que ven menos televisión porque dedican este tiempo a la Red. Estos datos de la Asociación Europea de Publicidad Interactiva no son los únicos. Un estudio publicado en el informe de 2007 de Uteca (Unión de Televisiones Comerciales Asociadas) muestra que en 2000 los jóvenes de 13 a 24 años dedicaban 153 minutos diarios a la televisión, y en 2006, 144 minutos. Los más pequeños, de 4 a 12 años, también rebajan su dedicación televisiva: de 154 minutos a 141. Y una parte de la actividad de los internautas en la Red consiste, precisamente, en ver la televisión. La encuesta de AIMC de febrero afirmaba que el 21,8% de los internautas publican vídeos en la Red, población a la que deberían sumarse quienes intercambian programas de televisión en las redes P2P.

El televidente se aleja del corsé horario de la parrilla. Según Felipe Romero, socio director de The Cocktail Analysis, consultora que está trabajando en una gran encuesta sobre el consumo de televisión en Internet, el espectador de las emisoras convencionales tiene afinidad con una serie o un presentador, pero no con la cadena. La posibilidad de saltarse la parrilla y personalizar el consumo altera las perspectivas del negocio publicitario aunque, por el momento, las cifras son humildes. Los internautas jóvenes han iniciado una lenta pero persistente emigración de la tele a Internet. Y una parte de este tiempo en la Red se dedica a perseguir productos televisivos. Clips (jugadas de fútbol, gags humorísticos) o descarga de series en redes P2P.

El peso de esta actividad de televidente en línea no está claramente contabilizado. Los audímetros que miden las audiencias de la televisión convencional ignoran este nuevo canal, pero está claro que esta emigración crece.

Según Screen Digest, la televisión on line en Europa en 2005 generó cuatro millones de euros, pero calcula unos ingresos de 649 millones para 2010. El 70% seguirá saliendo de la publicidad. Las horas del prime-time están dejando de ser monopolizadas por la televisión convencional. Los jóvenes menores de 30 años acumulan en esta franja horaria distintas actividades frente a distintas pantallas. Imma Tubella, rectora de la Universitat de Catalunya (UOC), habla de la navegación por Ios distintos usos de Internet (correo, mensajería, televisión, etcétera) como un nuevo tipo de zapping que, además, se realiza con distintas pantallas, desde la consola, el ordenador o el móvil.

Las emisoras abren sus canales en Internet, algunas productoras tantean el lanzamiento de webseries, aparecen aparatos para ver Internet desde el televisor o consumir la TV IP (teleinternet) desde el receptor tradicional. Las emisoras convencionales intentan acomodarse a estas nuevas maneras de ver televisión.

Consolas de videojuegos como la Xbox también se abren al consumo de televisión, y empresas como Disney, National Geographic o Viacom, entre otras, han llegado a acuerdos para la difusión de algunos contenidos a través de ella. Se trata de buscar al televidente donde se halla, la pantalla del videojuego en este caso.

A diferencia de Youtube, estos servicios controlan el copyright de los vídeos expuestos. Una variante más contundente de este modelo es Jalipo, que propone un sistema de suscripción. El internauta adquiere una determinada cantidad de créditos que se descuentan conforme el internauta va consumiendo contenidos. Una fórmula similar al prepago en los móviles.

A esta oferta hay que añadir los canales que nacen en Internet. La revista Wired destacaba este mes la aparición de Vice TV, creado por los editores de la revista Vice y que ofrece reportajes claramente subjetivos de los interautas. De momento, no ha alcanzado la audiencia de otros canales como Heavy.com o Current.TV, promovido por Al Gore. Ésta es una emisora de cable en Estados Unidos y Gran Bretaña que trabaja en las dos pantallas, el televisor e Internet, y promueve la participación del espectador, que puede enviar sus reportajes. Tras ser visados por un equipo periodístico, los podrá ver en antena o en la web.

A juicio de Felipe Romero, la televisión en Internet sigue siendo todavía una televisión que se ve en el ordenador, lo que es un obstáculo para su crecimiento, porque la manera habitual y pasiva de contemplar la televisión es cómodamente desde el sofá. "Pero los adolescentes, cuando pierden la guerra del mando a distancia en el hogar, van a su ordenador a ver lo que desean y cuando ven la televisión en el ordenador lo compaginan con otras tareas. Se envían mensajes con sus colegas y pueden estar viendo un vídeo y enviar el enlace a un amigo, lo que aumenta la difusión de estos productos". Romero no descarta que las emisoras salven producciones que no dan el share ofreciéndolas en su canal de Internet.

Noticia extraida de [http://www.elpais.com] y modificada por Carme Gómez Aura

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