2007-11-28_23-56-00

El otro lado de la Web 2.0

La Web 2.0 ofrece soluciones para compartir casi cualquier contenido digital pero también presenta desventajas. En algunos casos, el usuario pierde el control de sus creaciones en favor de las empresas que prestan el servicio. Aunque O'Reilly sostenga que la persona "controla sus propios datos", esto sólo sería cierto en algunos casos, pero no en todos. Un consumidor tiene la libertad de decidir qué contenidos publicar en una web, pero una vez que están dentro del servicio, en muchos portales se pierde parte del control sobre la información aportada. Un ejemplo se encuentra en las condiciones de servicio (la famosa letra pequeña) del portal para compartir vídeos YouTube, por las que se concede a la empresa estadounidense una licencia mundial gratuita, que a su vez puede transferir a quien quiera, para distribuir y realizar obras derivadas del vídeo enviado por el usuario. Lo mismo sucede en las comunidades de blogs MySpace y MSN Spaces.

*Cesión de datos personales e información:

Sin embargo, no sólo se trata de que algunas de las empresas Web 2.0 se atribuyan automáticamente el permiso para manejar según sus intereses los contenidos recibidos, sino que el verdadero peligro reside en el uso que las compañías pueden realizar de los datos que guardan de cada persona, por mucho que las empresas prometan honestidad.

La Web 2.0 consigue información desde el mismo momento en que el usuario se registra con su correo electrónico, y cuando los consumidores suben a estos servicios sus direcciones favoritas de Internet, sus fotografías personales, sus opiniones o sus vídeos, dejan al descubierto sus gustos y preferencias, su forma de pensar; desvelan quiénes componen su circulo afectivo.

Se llega al extremo de que en Gmail, el correo electrónico de Google, una máquina rastrea el contenido de los mensajes, es decir de la correspondencia privada de cada usuario, para mostrar anuncios publicitarios relacionados con lo escrito.

*Web 2.0 y espionaje de estado:

Justo en el momento en que los usuarios se encuentran más capacitados para aprovechar las grandes ventajas de una red descentralizada, en la que se puede publicar y compartir cualquier contenido a través de Internet con facilidad, se observa que las empresas que capitanean el fenómeno Web 2.0 están logrando el efecto contrario y centralizan todas las actividades en sus servidores.

Esto se traduce en la acumulación de gran cantidad de informacón personal en manos de unas pocas empresas (Yahoo!, Google, Ebay...), que si bien es cierto que viven de utilizar dicha información de una manera honesta y provechosa para los usuarios, también lo es que en ocasiones se ven obligadas a ceder dicha información a gobiernos no democráticos, poniendo así en peligro la libertad física de algunos usuarios.

De hecho, durante el pasado año, las tensiones entre los buscadores y las autoridades Chinas fueron notables. La presión del Gobierno chino llegó a ser tal que Yahoo! colaboró en la detención de un periodista disidente, por lo que recibió duras críticas e incluso una citación del Congreso Norteamericano para dar explicaciones.

Sin embargo, el Gobierno estadounidense también presionó a los servicios 2.0 para que aportasen los datos que tenían de sus usuarios con el objetivo de facilitar su lucha contra el terrorismo. Tras meses de resistir las presiones, los principales buscadores llegaron a un acuerdo con el Gobierno para ceder determinados datos, algo que no se consultó a los usuarios.

volver